Archive for 2014

Vuelo Francés

Miércoles 26 de Noviembre:

-Hola, ¿cómo estás? -recibí un mensaje inesperado por WhatsApp.
-Hola, Bruno, ¡cómo has estado! Hace buen par de meses que no escucho sobre ti.
-Estoy en Lima.

Es cierto, desde hace 4 meses que no sabíamos nada uno del otro, y no había intención de escribirnos, no era su estilo, ni el mío.


Viernes 18 de Julio:

Mi viaje familiar tenía rumbo hacia México, DF. Y tras problemas en el hotel de reserva, terminamos en otro. Mientras esperábamos a la recepcionista, era inevitable ver la cantidad de personas entrando y saliendo de esos más de 15 pisos del hotel, eso sí, mi morbo no dejaba de enfocar mi visión hacia los pilotos que llegaban: uniformados, con maletitas pequeñas, con esa presencia que capta la atención desde lo lejos.

En México atardece más tarde de lo habitual, así que aproveché la desolada piscina del hotel, necesitaba relajarme de algún modo. Ese ambiente, parcialmente al aire libre, era amplio: 2 piscinas, una cancha de pádel, algunas mesas y sillas, etc; pero en esos momentos solo se escuchaban mis brazadas y el ventarrón que golpeaba las ventanas. Al rato, entraron 2 hombres con ánimos de fumar, sin darles importancia seguí nadando. Minutos después, levanté la mirada y me percaté de que solo quedaba uno.

-Aquí llueve bastante -me dijo ese hombre, se estaba acercando a la piscina.
-No estoy al tanto, gracias por el dato, es mi primer día aquí -respondí, mientras me retiraba los lentes.
-Me llamo Bruno, me parece haberte visto en la recepción.

Sí, Bruno era piloto y mi mirada, horas atrás, lo había visto con lujuria. Sonreí estúpidamente, y no señores, quise mostrar una sonrisa pícara mientras salía de la piscina, pero terminé casi resbalándome, riéndome y colocándome en una incómoda situación. Dicho y hecho, empezó a llover, fuerte.

-Dios, en Lima no llueve tanto -pensé en voz alta.
-Así que eres de Perú, he visitado tu país en varias ocasiones. Yo soy de Francia.
-Cuidado que te vaya a mojar -me secaba con prisa, algo intimidado (aunque suene a mentira) con su mirada.
-¿Qué te parece si te invito a cenar? Mis compañeros se fueron de rumba, quiero descansar temprano.
-Me parece una buena idea -acepté sin pensarlo.

El olor a cloro es horrible, así que pedí un tiempo para bañarme y vestirme. Mi familia, agotada del viaje, dormía plácidamente, así que tuve la excusa perfecta para escaparme un rato.
Cenamos en el restaurante del hotel, agradecí la invitación y empezamos a hablar sobre nuestro viaje, qué lugares y comidas no debería perderme, qué tal es la diversión nocturna, entre otras cosas que realmente me ayudaron en mi estadía. Terminada la cena, me dijo que conocía un camino para acceder a la azotea, no era la primera vez que se hospedaba ahí, y definitivamente no era el primero que lo acompañaba. No tengo fobia a las alturas, pero en esta particular situación, la visión era tan desde lo alto que mi piel se erizaba y cerraba los ojos, mientras él se reía.

-Iré a Perú a fin de año, probablemente.
-¡No te creo! ¿Por vacaciones o por trabajo? -su trabajo de por sí demandaba infinidad de viajes y recortadas estadías.
-Vacaciones, conozco unos amigos allá. Hasta ahora no he ido a Cusco. Espero poder verte.
-Claro, por qué no. Intercambiemos números.-respondí con cierta extrañeza.
-Regreso mañana a París.

Salimos de esa zona para dirigirnos hacia el ascensor, hubo un silencio largo por lo que ambos sospechábamos que la noche estaba por acabar. Me rehusé a abandonar la escena, y sin más, y aún ante el temor del rechazo, pedí acompañarlo a su habitación.

Y no, no se negó.

Horas después, salí en silencio mientras él dormía. Quizás no tan sigiloso, me tropecé con su uniforme y zapatos, pero al fin y al cabo, no despertó.


Miércoles 26 de Noviembre:

-Hola, ¿cómo estás? -recibí un mensaje inesperado por WhatsApp.
-Hola, Bruno, ¡cómo has estado! Hace buen par de meses que no escucho sobre ti.
-Estoy en Lima, por 3 días. No nos despedimos en esa ocasión.
-Sí, lo sé.

Bruno escribió su dirección, aproximadamente unos 20 minutos nos separan. Sin embargo, nuestras circunstancias han cambiado desde la última vez. Ahora tengo compañía.

Posted in , | Leave a comment

98%

- ¡Noticia! Lo he casi decidido, estoy segura un 98% -escribe apurada por WhatsApp-.
- ¿Me prestarás tu vientre de alquiler? ¿Sí? -le digo mientras me proyecto como futuro padre-.
- NO. Si es que él me dice para estar, existe un 98% de probabilidad de que le diga que sí.

Dejando de lado mis frustrados deseos de encontrar un vientre, debo admitir que esta noticia no me tomó por sorpresa. Es decir, enterarte de salidas al cine en plan cita, miradas peligrosas y bailes (aunque descoordinados) nada inocentes... Cuesta creer que solo son amigos.

Conozco a Marcos hace unas semanas, en una pequeña reunión de juegos y tragos de mi amiga. Noto su presencia e inmediatamente cruzo ideas. Resulta de interés el porqué lo invita, pues ni supe de su nombre hasta ahora. ¿Acaso quiere emparejarme? No hay forma, ni se le nota, pensé.

Bebidas que acercan
Marcos se perfila como un adulto joven, de constitución leptosómica y buen estado aparente de nutrición e hidratación, lúcido y, súper importante (pues muchos carecen de esto): orientado en tiempo y espacio. No evidencia alteraciones de conciencia, atención, afectividad, voluntad o pensamiento (ni en curso ni en contenido). Tiene ligera hiperestesia, sobretodo tras consumo de alcohol. Lenguaje fluido. Memoria e inteligencia intactas.

Y por sobretodo, Marcos es un hombre muy (resalto) educado, atento, gracioso, simpático, y simula muy bien la inocencia. Si bien no es atractivo (tampoco feo) y no despierta las glándulas salivales al verlo, debo admitir que tiene su gracia (y quién sabe, si luego me entero, "lo suyo").

- ¿Por qué? Porque me he dado cuenta que siempre salgo con el mismo tipo de chico -afirma-.
- ¿Cuál es?
- Sencillo, aquellos con los que me llevo bien pero no tenemos mucho en común. Con el que no puedo salir a algún lado sin que yo pague, con el que no puedo viajar, con el que no comparto cosas importantes, etc.
- Entiendo...
- Creo que me debo el hecho de intentarlo -afirma con suma seguridad-.

Leer esta última frase es el principal motivo por el cual regresan mis ganas de escribir, al menos un rato. "Me debo el hecho de intentarlo", frase que resuena y por así decirlo, me eriza la piel. ¿Cuántas veces olvidamos esas auto-deudas de vitalidad y alegría en nuestra vida? Probablemente dejamos escapar muchos meritorios y necesarios pagos por nuestros deberes, obligaciones, o la simple rutina. Las deudas se acumulan, y por absurdo que se sienta, fatigan.

Reconocer el primer paso (o persona) que puede lanzarnos a nuevas situaciones, emociona, al menos para mí pues no estoy acostumbrado a la adaptación. Ver cómo otras personas lo intentan, es igual de satisfactorio.

- ¿Y cuál es el otro 2%?
- Pues...

Posted in , | Leave a comment

Crema Volteada

Mi madre nunca fue fanática de la crema volteada, ¿le desagrada el sabor? No. A decir verdad, conozco pocas personas (contadas) que odian este postre por su sabor, ya fuese por la crema, o por el caramelo que viene encima. Sin embargo, ella trata de guardar cierta distancia, dudo que sea por sus ingredientes simples.

Mis padres, ambos siempre curiosos de la cocina y del buen paladar, decidieron abrir un restaurante en el 2004. Parte del inicio de mi adolescencia reside en el tercer piso de ese centro comercial, costó trabajo abrirlo y traer clientela, pero tuvo buena acogida durante los pocos años en los ellos fueron dueños.

Levantarse a las 5:30 am para irse a hacer compras al mercado todos los días, acomodar mesas y sillas, limpiar rápidamente el local, ver qué se hará de desayuno y/o almuerzo, desesperarse con el nuevo personal que empieza a trabajar contigo, entre otros, son asuntos con los que se empieza a lidiar cuando se abre un local. Mi padre fue todo un perfeccionista en la cocina, mientras mi madre se encargaba de administrar el dinero. Con el tiempo, la labor de él terminaba alrededor de las 2 pm, mi madre no almorzaba sino hasta el atardecer. Tiempos discordantes que trajo como siempre discusiones, pero nada fuera de lo común en su extraña relación.

Dado que mi padre descansaba más temprano, salía a dar una vuelta por el local, y podía darse tiempo para conocer a los inquilinos del centro comercial y de la zona. Una tienda pequeña dedicada al almacén y venta de crema volteada, budines y leche asada acababa de abrir. Su dueña, una señora cuarentona, se jactaba no solo de vender postres ricos, sino de tener "hijas" (vendedoras) dotadas de belleza y gracia. Mentira, estafa total. Feas en su mayoría, de chistes y chismes fuera de lugar. Y si por belleza se entendiese tener unos senos inmensos, un trasero enorme, y prendas que no dejan nada a la imaginación, pues sí, acertado. Al fin y al cabo, clientela masculina nunca le faltó. Y mi padre nunca dejó de ser coqueto, claro.

Él siempre coqueto, siempre amable, siempre caballero, y sospecho que de vez en cuando, pendejo (a mi no me engañas, papá). Verlo regresar por la tarde con hartas porciones de crema volteada terminó cansando a mi madre, quien tonta no era. Tras largas discusiones, ella se encargó de la cocina; él, de la administración y yo ya no comía tantas cremas volteadas para entonces.

Hoy preparé crema volteada, por primera vez. La crema, excelente. El almíbar que lo acompañó, amargo. El desmoldeado (por algo es volteada) fue bien torpe. No fue como lo esperaba, pero si quedan pocas porciones a las pocas horas, es por algo je. Mi madre lo probó, me miró con cierto disgusto, pero terminó su porción.

Crema "mal" Volteada

Posted in , , | Leave a comment

Pie de Limón

Viernes 3 de Enero:

- ¿Cuál es tu mayor logro?
- Ehm, no tengo ni puta idea.

Esa fue mi vaga e incómoda respuesta, nada comparada con las becas, viajes y trabajo de mi amigo. Un amigo al que si de por si sospecho que le asusta mi carta de presentación, mi respuesta sirvió de refuerzo.

Después de mucho, concluí que mis logros la mayoría de veces recaía en las personas que me rodean. Logré que mi hermano atendiera un poco más las clases y así graduarse del colegio, logré que mi madre prestara mayor atención a mis hermanos lejanos, y por sobretodo, logré estar 4 años en una relación con mi ex-enamorado.

Mi logro contigo será difícilmente superado, mis enojos y consejos de alguna forma sirvieron para que tomaras la iniciativa de ahorrar más, ser más organizado, cumplir con los pendientes, ser más abierto hacia los demás, estar más pendiente de tu familia, etc. Y sí, me olvido de algo, mi mayor logro fue estar más apto al cambio. Una meta que trabajé gracias a ti. De ser un adolescente cascarrabias que terminaba el colegio a volverme un hombre más caritativo que aprende cada día de si mismo en el hospital, es un trueque bien interesante, sin tu ayuda puede que haya estado más perdido que nunca.

Sin embargo, ahora estoy soltero. Desde meses atrás, cuando estoy solo no falta momento para entristecerme y preocuparme por lo que está por venir. Me mal acostumbré a usarte como muro de contención, debo admitirlo. Estar indemne cuesta muchísimo. ¿De qué logros podría vanagloriarme ahora? Solo cuento con estar invicto y próximo al 5o año de Medicina. No se me ocurre más.


Sábado 4 de Enero:
En la cocina suelo ser el desastre, pero con buena compañía y sus buenas manos, logramos hacer un rico pie de limón. Excediéndonos en las ralladuras de limón, o quizás el azúcar blanca y la leche condensada, aún así creo que está delicioso.

Un primer logro del 2014, nada mal, ¿no?

Pie de limón, hecho con dulzor

Posted in , , | 2 Comments
RETAZOS. Con la tecnología de Blogger.

Swedish Greys - a WordPress theme from Nordic Themepark. Converted by LiteThemes.com.