Crema Volteada

Mi madre nunca fue fanática de la crema volteada, ¿le desagrada el sabor? No. A decir verdad, conozco pocas personas (contadas) que odian este postre por su sabor, ya fuese por la crema, o por el caramelo que viene encima. Sin embargo, ella trata de guardar cierta distancia, dudo que sea por sus ingredientes simples.

Mis padres, ambos siempre curiosos de la cocina y del buen paladar, decidieron abrir un restaurante en el 2004. Parte del inicio de mi adolescencia reside en el tercer piso de ese centro comercial, costó trabajo abrirlo y traer clientela, pero tuvo buena acogida durante los pocos años en los ellos fueron dueños.

Levantarse a las 5:30 am para irse a hacer compras al mercado todos los días, acomodar mesas y sillas, limpiar rápidamente el local, ver qué se hará de desayuno y/o almuerzo, desesperarse con el nuevo personal que empieza a trabajar contigo, entre otros, son asuntos con los que se empieza a lidiar cuando se abre un local. Mi padre fue todo un perfeccionista en la cocina, mientras mi madre se encargaba de administrar el dinero. Con el tiempo, la labor de él terminaba alrededor de las 2 pm, mi madre no almorzaba sino hasta el atardecer. Tiempos discordantes que trajo como siempre discusiones, pero nada fuera de lo común en su extraña relación.

Dado que mi padre descansaba más temprano, salía a dar una vuelta por el local, y podía darse tiempo para conocer a los inquilinos del centro comercial y de la zona. Una tienda pequeña dedicada al almacén y venta de crema volteada, budines y leche asada acababa de abrir. Su dueña, una señora cuarentona, se jactaba no solo de vender postres ricos, sino de tener "hijas" (vendedoras) dotadas de belleza y gracia. Mentira, estafa total. Feas en su mayoría, de chistes y chismes fuera de lugar. Y si por belleza se entendiese tener unos senos inmensos, un trasero enorme, y prendas que no dejan nada a la imaginación, pues sí, acertado. Al fin y al cabo, clientela masculina nunca le faltó. Y mi padre nunca dejó de ser coqueto, claro.

Él siempre coqueto, siempre amable, siempre caballero, y sospecho que de vez en cuando, pendejo (a mi no me engañas, papá). Verlo regresar por la tarde con hartas porciones de crema volteada terminó cansando a mi madre, quien tonta no era. Tras largas discusiones, ella se encargó de la cocina; él, de la administración y yo ya no comía tantas cremas volteadas para entonces.

Hoy preparé crema volteada, por primera vez. La crema, excelente. El almíbar que lo acompañó, amargo. El desmoldeado (por algo es volteada) fue bien torpe. No fue como lo esperaba, pero si quedan pocas porciones a las pocas horas, es por algo je. Mi madre lo probó, me miró con cierto disgusto, pero terminó su porción.

Crema "mal" Volteada

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