Piscina

Cada vez que regresas al ritmo de nadar, te das cuenta que cada primera vez es un esfuerzo. Inevitable terminar agotado y hambriento de más. Fresco. Relajado. Definitivamente es un buen método para empezar bien tu día.

La piscina es mi diván. Sí, permite poner en orden mis ideas, es un buen ejercicio. Hoy, reflexioné sobre mi disposición en una relación amorosa y noté que se asemeja bastante a mi técnica de nado.

Los primeros 25 metros, así como la primera etapa de una relación, es intensa, te sientes emocionado por ese primer tramo, usas todas tus fuerzas porque precisamente inicias algo y tienes todas las intenciones de alcanzar el éxito.

Los siguientes 25 metros, empiezas a agitarte, retiras tu cabeza al exterior con mayor frecuencia para poder respirar mejor, sabes que vas a llegar al otro extremo de la piscina, así que no la piensas más y te prometes a llegar como sea. Llegaste, ¡a buena hora! Reflexionas si necesitas descansar o si tienes la fuerza necesaria para alcanzar los otros 50 metros de regreso. Reflexionas si merece la pena continuar ese tramo, si merece darle chance a tu capacidad emocional/física. De antemano sabes que es un esfuerzo.

Eventualmente, sabes que regresarás al punto de inicio. Esos 50 metros deben recorrerse. Manos a la obra. La velocidad puede disminuir, con brazadas seguras, con una respiración adecuada para seguir con vida. Y acabas de llegar. El tramo se acabó. Has realizado tus primeros 100 metros de la hora. Felicitaciones.

Acabaste el tramo. Te sientes satisfecho. ¿Seguirás? Quién sabe.

Me encanta nadar, es difícil no seguir nadando después de esa hora, pero sabes que es tiempo de irte. Soy malo dejando las cosas/personas/situaciones que me gustan mucho. Extraño mucho, y esa nostalgia puede ser nociva. Hoy, mejor que nunca, sé de antemano que no estoy preparado para una relación con vista al futuro "eterno". Me atrevo a decir que no sé despedirme, y mucho menos, alejarme: y eso es algo que con frecuencia sucede con mis relaciones.

No quiero (ya) un compañero de (por) vida. Quiero conocer personas dispuestas a reconocer lo finito, y lo sustancial que es ese tiempo limitado. Que acabado el tramo, no sea una complicada tarea el saber que irán por metas diferentes; yo continuaría perfeccionando mi nado libre, él quizás se atreva a reforzar su resistencia. Será cercano, pero ya no será la suma para alcanzar los 100 metros.

Y nos sentiremos satisfechos.

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