Tras 4 años de haber estado en una relación, hay costumbres que perduran y que de alguna forma marcan tu manera de relacionarte con los demás.
Me acostumbré a la comodidad de descansar en casa, disfrutar del silencio y de la serenidad que trae el compartir tiempo con alguien más, tal cual, a solas. Aprecié y aprecio esa comodidad, porque ahora mejor que nunca sé que no es algo habitual en un mundo con personas que viven de la agilidad, del día a día, de las salidas de los fines de semana, de las reuniones y la búsqueda desesperada por terminar la semana.
Obtuve, en su lugar, la calma y el tiempo introspectivo necesario para ser quien soy ahora.
Hay un patrón definitivamente claro.
Gracias, por esa atención desinteresada.
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- Santiago
- Nunca es tarde para retomar un blog, ¿verdad?
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