El día de hoy fue la primera evaluación de todo el ciclo. Al menos una de las más importantes, porque todos los días estamos bajo evaluación escrita/oral. Resultado fatal. Muy a menudo me resulta deprimente tomar un examen, no por cómo lo enfrento, sino por los resultados que obtengo. Es cierto, no soy el alumno más destacado de la clase, generalmente soy de perfil bajo y casi desapercibido, pero estoy cansado de aquello.
No es que dicha conclusión tome notoriedad ahora, gran parte del tiempo me dedico a cambiar dicho panorama, pero no obtengo lo que deseo. Ese deseo de tener la consigna de estar aprendiendo solo se ha cumplido en pocos momentos, tan fugaces que... probablemente parece que nunca existió.
Por eso me gustaría dejar de estudiar Medicina. Solo por eso. No me incomodan los pacientes, los hospitales, las instalaciones... Me incomoda tener el presentimiento de que no pertenezco ahí, de que mis conocimientos y criterio no sean lo suficientemente válidos como para involucrarme sin joderlo todo.
No quiero perjudicar a un paciente, es una vida, es un hombre/mujer que probablemente tenga infinidad de metas por cumplir, ¿quién soy yo para detener todo eso? Me parece gracioso/curioso que sentimientos así despierten en la actualidad, aún sobretodo cuando me conocen por iracundo y egoísta. Y pues joder las posibilidades de recuperación por ignorancia es distinto a fallar cuando se hace todo lo posible.
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- Santiago
- Nunca es tarde para retomar un blog, ¿verdad?
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