La cartera de tu madre, joder |
Sábado 05 de Enero:
Todas las mañanas estuve levantándome temprano para acompañarte a tu posta, pero ese día quise tomar un descanso. Mi descanso no duró mucho, tu madre llegó.
Esa mañana tuve un sueño en referencia a detectives y ladrones. Desperté a las 9:00 am al escuchar un fuerte sonido desde el primer piso, al parecer alguien ingresaba a casa. Imposible que hayas sido tú, es decir, tu trabajo queda no solo lejos, sino que demanda estar buena parte del día.
Alguien sube las escaleras, creo que está tosiendo, el sonido de su calzado al contacto con el suelo no es familiar para mi. Asomo la cabeza, la duda puede más que el miedo, visualizo una cabellera larga y un cuerpo subido de peso. Una mujer. ¿Tu madre? ¿Tu hermana? ¿Tu tía? ¿Ya desperté hace poco, no?
La mujer (al parecer tu madre) llega al segundo piso y se dirige a su dormitorio, el cual resulta haber presenciado nuestras noches eróticas de los últimos días. No me dijiste que te habías mudado a su cuarto, infeliz.
Estoy desnudo, sí, así duermo y recién despertaba. Sigo desnudo, mi ropa está en alguna parte del cuarto y no hay tiempo para buscarla y colocármela. Espera, hay una cama enorme. Me esconderé ahí.
Desnudo debajo de tu cama. No, espera, estoy desnudo debajo de la cama de tu madre. Mierda.
Ella camina de forma lenta, deja su bolso-cartera marrón al costado de su cama. No puedo respirar ni reírme por lo patético de la situación. Ella inspecciona su dormitorio, sí, nuestro dormitorio provisional.
Mi suegra lanza con desprecio los condones de la mesita, la desprecio un poco. Rezo para que no abra la bolsa que está a sus pies, esa bolsita que contiene los condones usados de la madrugada. Patea la bolsita y termina en mi rostro. Te desprecio oficialmente.
Y solo a mi se me ocurre ocultarme sin el celular al alcance.
Mi suegra se aleja del piso, oportunidad necesaria para buscar mi celular, corro desnudo de forma silenciosa, alcanzo el móvil, mando un mensaje desesperado a una amiga en común. Logro comunicarme contigo.
Mediodía. Me sacas de mi "sutil" escondite. Estás pálido, amor. Inmediatamente cojo mis maletas y todo recuerdo de mi presencia en tu hogar.
Un hotel me espera.
Lunes 28 de Enero:
¿Hasta cuándo todo se mantendrá bajo perfil en nuestras familias? Curioso, nos hemos aceptado con nuestros amigos más cercanos, pero la familia... es un punto que solo toqué yo con la mía. Y para ser más exactos, con mi madre. Al parecer los demás desconocen nuestra existencia, nuestra unión.
Hoy recuerdo aquella ocasión (2012) en la que tu sutil escondite fue mi dormitorio, salvo por una diferencia, a mi no me encontraron; a ti, sí.
fregada tu situación, pero supongo que luego de un tiempo te parecerá divertida, cosas asi suceden y son más frecuentes cuando uno trata de verse con su media naranja. Oficialmente llevar una relación asi es más o menos complicado pero tiene algo de morbo tambien.
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