- Abre, me congelo del miedo (Chiclayo a 28ºC).
- ¿Cómo?
- Que estoy en tu puerta, joder.
- ¿Cómo?
- Que estoy en tu puerta, joder.
Días antes, pensé:
Quiero hacer este viaje sorpresa. Dado que no querías que él "festeje" año nuevo solo, y de todas formas sabrías que no haría otra cosa que dormir temprano, te animaste a tomar un vuelo (después de tanto pedirlo en casa) rumbo a su ciudad.
Tocaré la puerta y él, sin saberlo, la abrirá y verá a alguien especial parado con una maleta y una mochila. Entraré velozmente y con un beso (y algo más) terminaremos con la tensión que causa la distancia. Ese momento lo vale.
Ayer:
- ¿En serio eres tú?
- Que sí, ven rápidamente que hay quienes están merodeando de forma extraña la zona...
Dicho y hecho, viajé y llegué para darme con la sorpresa de que el último día del año él seguiría en su oficina, asunto que di por ausente en estas fechas.
Pese al mal rato en la espera (y es que andar con maletas y una mochila no es cómodo por esta cuadra), nos encontramos y... se rompió la tensión.
Sufriendo la espera en la bodeguita más cercana |